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Llegó semana santa y con ella un nuevo destino nos esperaba, en esta ocasión la Royal Enfield nos brindó la oportunidad de conocer el Nevado de Santa Isabel, ubicado en el Parque Nacional Natural Los Nevados, Manizales, Pereira, Salento y su maravilloso Valle del Cocora, hogar de la palma de cera.

 

Con la bendición de nuestras madres y felices de rodar una vez más por las espléndidas carreteras colombianas, emprendimos nuestra odisea con tan solo 5 días disponibles, que se hacen mínimos por lo mucho que hay para conocer y se reduce al máximo el tiempo para disfrutar cada lugar.

 

Después de un poco más de 9 horas viajando por el verde corredor vial entre Bogotá y Manizales, llegamos a nuestro destino agotados de tan exigente trayecto; tomamos la ruta Bogotá-Villeta-Honda-Mariquita-Fresno-Manizales, y especialmente el trayecto desde Honda a Fresno, ofrece una carretera llena de paisajes como sacados de películas, que dan la bienvenida a la tierra del café, un verde que aliviana el estrés de la rutina e invita a sumergirse en la cultura cafetera.

 

royal enfield en carretera colombia

Nevado de Santa Isabel En El Parque Nacional Natural Los Nevados

Contactamos con varios días de anticipación a la compañía Ecosistemas Travel, ellos son una agencia operadora especializada en turismo de naturaleza y aventura en la región del Triángulo del Café, ofrecen un amplio portafolio de servicios, nosotros contratamos en especial el del Nevado de Santa Isabel, este plan incluía desayuno, almuerzo, guía, entrada al parque, seguro médico y transporte. Sólo podemos decir que vale la pena invertir en esta experiencia, nuestra aventura inició a las 4:00 am cuando nos recogieron en la puerta del hotel y en un lapso de más de una hora nos llevaron a desayunar a una casa típica de esta región, en medio de montañas y con el amanecer de fondo; al cabo de una hora llegamos a la entrada del parque, lugar en que los guardaparques nos informaron acerca del Sistema de Parques Nacionales Naturales de Colombia, de la importancia de no botar basura y de cuidar lo mayormente posible este ecosistema tan vulnerable, además de dar ingreso al parque.


Luego de media hora más de camino y con el frío como fiel compañero llegamos al punto de partida en el que comenzamos una caminata de más de 5 horas adornada por bellos paisajes de páramo, además pudimos admirar los frailejones que crecen de 2 a 3 cms al año, y acompañados de la majestuosidad del león dormido del volcán Nevado del Ruiz que por fortuna se dejó ver en todo el ascenso al glaciar, por esta razón los guías afirmaban que íbamos con buena energía y que la montaña nos acogía con su esplendor. Caminamos según lo aconsejado por el guía: sin afanes, con paso firme y respirando profundo, en contra de vientos tan helados y fuertes que obligaban a sostenerse a como diera lugar así el cuerpo se resistiera, las manos por más que tuvieran guantes térmicos daban la sensación de estar prontas a congelarse y no respondían a movimientos simples, y por más que el sol brillara en lo alto del cielo y sus rayos cayeran sobre nosotros, nuestros cuerpos eran cada vez más consumidos por el frío inminente de estar a 4700 msnm.

nevado de santa isabel caldas

Eran unas panorámicas impresionantes, avanzábamos pero no veíamos nuestro destino, hasta que por fin después de una hora de ansiosa espera se asomaba a lo lejos la punta blanca en la cima de la montaña como veíamos en los libros de geografía cuando eramos niños, fue una sensación inexplicable y pensamos que ya íbamos a llegar, pero el guía como por darnos ánimo nos informó que estábamos más o menos a 2 horas de ese esperado encuentro, sin desfallecer y con la esperanza de acortar el eterno trayecto le metimos la “berraquera” que se necesita, empujados por la naturaleza que nos rodeaba y que nos sorprendía en cada paso. Después de haber pasado por todos los pisos térmicos que encontramos en Colombia ¡por fin llegamos!, nos dimos un abrazo lleno de alegría por haber cumplido un sueño más de nuestra larga lista, pero inmediatamente la nostalgia se apoderó de nosotros en un silencio profundo al ver cómo tan imponente lugar está reducido a nada, un glaciar pequeño y moribundo, que si te detienes tan sólo por un instante puedes sentir que se muere y que no le queda mucho, pide ayuda a gritos, nunca habíamos sentido tanta impotencia en nuestras vidas.​

 

Capturamos la mayoría de fotos posibles para el recuerdo y disfrutamos un poco de este hermoso lugar, y pasada media hora allí tuvimos que despedirnos con la triste realidad a nuestras espaldas, esa realidad que evidencia que a este glaciar sólo le quedan de 7 a 8 años de vida y se convertirá en una paramillo, así que lo único que nos va quedar son las fotos que adornarán nuestro álbumes, y en unos años miraremos y le diremos a nuestros hijos, que en Colombia alguna vez existió este nevado.


En el descenso nos demoramos 2 horas, y como premio a nuestro gran esfuerzo y a esta exigente jornada, nos esperaba un buen almuerzo con la deliciosa sazón que caracteriza a esta magnífica región cafetera.

Manizales y Pereira

catedral en manizales caldas

Son ciudades tan modernas, llenas de cultura y de grandiosos lugares por conocer, como contábamos con poco tiempo no pudimos disfrutar de la gran variedad de actividades que ofrecen estas ciudades, pero si las recorrimos imponiendo el estilo clásico de Royal Enfield.

 

En Manizales visitamos la Catedral Basílica de Manizales, más específicamente el Corredor Polaco, es impresionante admirarla y recorrerla, cada detalle es preciso y elaborado, el recorrido dura 1 hora y 15 minutos y te llevan hasta la punta de dicho emblemático lugar, desde allí puedes admirar toda la magnitud de Manizales ya que cuenta con una vista de 360 grados de esta ciudad por su ubicación centralizada, es un excelente plan para compartir en familia y de culturizarse un poco más. Al terminar este recorrido salimos rumbo a Pereira no sin antes visitar la Plaza de toros de Manizales y el segundo escenario deportivo que tiene el orgullo de albergar la segunda Copa Libertadores para nuestro país, el Estadio Palogrande de Manizales.

 

Pereira te recibe con una impresionante vista del viaducto Cesar Gaviria Trujillo y con un calor impresionante que logró sacar de nuestros cuerpos el frío que traíamos del nevado. Recorrimos lugares emblemáticos como el Parque El Lago y la Catedral de Pereira. Este día estuvo lleno de hermosos paisajes cafeteros, buena gastronomía y de un clima excelente para rodar.

 

parque el lago pereira risaralda

Salento y Valle del Cocora 

salento quindio

Salento es uno de los pueblos que tienes que visitar por obligación en Colombia, es el destino ideal de todo viajero, y paradójicamente es un tesoro que es más admirado por extranjeros que por nosotros mismos. Una vez comienzas a recorrer sus calles te inmersas en un mar de arcoíris que aportan cada una de las fachadas de las casas, para los amantes de la fotografía es el paraíso y para los que disfrutamos de las motos son kilómetros que valen la pena recorrer, su gente, su diseño, su mirador, su cercanía al Parque Nacional Natural Los Nevados… todo está perfectamente planeado para convertir a este pueblo en un sitio digno de apreciar.

 

Para llegar al Valle del Cocora decidimos dejar descansar nuestra maquinota y tomamos un Jeep modelo 1934 que por más viejo que sea está más vigente que nunca y más por estas tierras, cada que avanzábamos por el camino aumentaba el número de estas hermosas palmas de cera, resguardo del loro orejiamarillo, con más de 60 a 80 metros de altura, son enormes y a su vez tan frágiles; es un lugar para alejarse del ruido, de la rutina y de las preocupaciones. Fue una tarde mágica donde caminamos y admiramos esta especie que debería estar más abundante, que se encuentra en peligro de extinción por acciones humanas.

 

Recorrer esta pequeña parte del eje cafetero nos enamoró y no vemos la hora de seguir sumando kilómetros que nos lleven a tan increíbles destinos. Cansados de tan exigentes rutas en especial por conducir por La Línea, regresamos a nuestro hogar con el aroma a café como nuestro perfume y el verde de sus montañas grabados como un tatuaje en nuestras almas, gracias Colombia por la gran variedad de paisajes que tenemos el privilegio de disfrutar y que espera por nosotros, no faltemos a la cita de la vida.


 

valle del cocora quindio

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