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6. Desierto de la Tatacoa.png

Una nueva integrante se unió a nuestros viajes y que mejor manera de estrenarla que con una buena rodada por el cautivador departamento del Huila, especialmente al desierto de la Tatacoa, las termales de Rivera y la Represa de Betania. Decidimos emprender esta nueva odisea con el fin de conocer las maravillas naturales que caracterizan a esta bella región ubicada al sur de Colombia y de paso despegar nuestra nueva moto, una Royal Enfield 350 C.C.

 

Como en los anteriores viajes, nos informamos bien de las rutas y de los accesorios que nos servirían de ayuda ante cualquier eventualidad. Una vez listos y con la emoción de rodar por estas tierras partimos a las 8:00 am, y como cosa rara no llovió, anunciando la buena nueva que el sol nos acompañaría por las carreteras colombianas; la doble calzada en la vía Bogotá-Girardot simplifica cualquier ruta, además es una delicia conducir y apreciar los paisajes que brindan tan bello recorrido.

 

Los kilómetros sumaban en nuestro tacómetro y la brisa como fiel compañera nos daba empujones, recorrimos un poco de Girardot, Flandes, El Espinal, El Guamo y Saldaña, la moto estaba devorando el asfalto y se estaba comportando a la perfección, imponiendo su estilo clásico en la carretera.

Desierto de la Tatacoa, Huila, Colombia

Después de pasar un peaje y de estar sintiendo el calor característico de esta región del país, nos detuvimos en un punto en el que hay que escoger una de las dos opciones para llegar al Desierto de la Tatacoa: la primera es llegar directamente a Neiva y dirigirse al pueblo de Villavieja (opción obligatoria para carros), este trayecto toma por lo menos tres horas de más en el recorrido; y la segunda opción es tomar un desvío por trocha antes de llegar a Neiva que conduce al río Magdalena, y que es posible atravesar en una lancha para llegar al pueblo de La Victoria, desde este pueblo hasta el Desierto de la Tatacoa es una trayecto más corto aproximadamente de 80 minutos, es trocha y no hay tiendas, recomendamos llevar buena hidratación porque el sol no tiene compasión.

 

Guiados por la aventura nos decidimos por la segunda opción y fue una excelente idea, al mejor estilo de los ride en el Himalaya; esta icónica moto respondió y aunque no es su fuerte el cruzar por las trochas, su fuerza y la trayectoria que la caracteriza no nos defraudó y nos permitió disfrutar de estos paisajes, que no tienen nada que envidiarle a otros desiertos del mundo.

 

Agotados de tan exigente trayecto, llegamos a este atractivo turístico que es bendecido de un hermoso paisaje geográfico compuesto por curiosas formaciones geológicas de color naranja y de gran variedad de cactus; este pintoresco lugar invita a perderse y jugar como niños en la infinidad de este mar naranja. Es muy grande, comprende una superficie de 330 kilómetros cuadrados y es un sitio perfecto para observar las estrellas y constelaciones que adornan las noches, es mágico, además cuenta con un observatorio astronómico ideal para los amantes de la astronomía.

Paso del río Magdalena en lancha
Observatorio astronómico en Desierto de la Tatacoa

Enamorados de esta maravilla natural, y acercándose el final de nuestra odisea nos dirigimos más hacia el sur del departamento: visitamos las termales de Rivera, lamentablemente ese día se encontraban cerradas, pero igual disfrutamos de este grandioso pueblo y de la calidez de su gente. Te recomendamos que te informes bien acerca de los lugares que vayas a visitar, a razón que al igual que nosotros puedes perderte de conocer estos lugares, por favor no cometas esa primiparada.

 

Afortunadamente la Represa de Betania se encuentra cerca y pudimos admirar esta imponente estructura que se alimenta del Río Magdalena y Yaguará, además genera una producción de energía hidroeléctrica que representa un 8% de la capacidad total del país, también se pueden hacer actividades como un paseo en lancha, pescar, practicar ski y natación. De regreso dimos un pequeño recorrido por Neiva y disfrutamos de la hospitalidad opita y de los sitios turísticos que brinda esta estupenda ciudad.

 

Esta nueva ruta marcó el inicio de nuestra nueva integrante y esperamos que nos acompañe en muchos más recorridos. Gracias Huila por la inmensidad de tu desierto, es un lugar digno de apreciar y que todo colombiano tiene la obligación de conocer.

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