Casa Museo Gaitán, tras los pasos de un pueblo no de un hombre

En tiempos de nuestros abuelos y bisabuelos, en una fría tarde Bogotá cambió por completo, contaban que en las calles las ruanas y la amabilidad quedaron atrás, solamente se escuchaban gritos de dolor y una frase que nunca olvidaron hasta sus últimos días “¡Mataron a Gaitán!”, fueron testigos de cómo una Bogotá se consumía en llamas de odio, todo por culpa de diferencias políticas e intereses de unos pocos que condenaron a todo un pueblo.

Unos creen que a Jorge Eliécer Gaitán Ayala lo mataron los conservadores por la influencia que tenía este honorable bogotano sobre las gentes humildes, ellos veían con peligro su control a nivel nacional, pero hasta el momento todo el mundo sabe que Juan Roa Sierra fue el que desató la furia de unos habitantes tranquilos, al ver que con tres disparos acababan con la vida del representante del pueblo, quienes poseídos por la venganza lincharon al autor material, acabando con cualquier esperanza de conocer la verdad.

Los ciudadanos bogotanos más pobres se llenaron de impotencia, incertidumbre e ira al enterarse que su líder político caía abatido y una vez más ganaba la injusticia; en razón a esto inició el apocalipsis, fueron unos días negros que marcaron las páginas de una nación dividida por ideales políticos.

Quien no conoce su historia está condenado a repetirla decían nuestros abuelos, fomentándonos el amor por la capital y de valorar esta ciudad de todos, esta ciudad que recibe día a día personas de todas las regiones, personas con diferentes pensamientos y que hoy bajo los cimientos de esa fría tarde de 1948, es una capital ejemplo para el mundo, por ello esperamos que no se vuelvan a cometer los mismos errores y no avivar una vez más las llamas que un día quemaron nuestra querida Bogotá.

Debido a esta reflexión decidimos visitar un lugar de la capital del país que resguarda secretos de este líder político que con sus ideas logro organizar un pueblo, un lugar poco conocido por los mismos citadinos, un lugar que no se encuentra incluido en los prestigiosos paquetes turísticos, un lugar que evoca lo mejor de una Bogotá de antaño, este lugar se llama Casa Museo Gaitán.

Este museo estuvo a cargo por muchos años por parte de la familia de Jorge Eliecer Gaitán, y ahora lo administra la Universidad Nacional de Colombia, la entrada no tiene costo, el horario de atención es de lunes a domingo de 9 am a 3 pm, los fines de semana está abierto para el público en general y sólo hay disponibles dos visitas guiadas: a las 10 am y a las 2 pm, y el promedio del recorrido es de 1 hora, se encuentra ubicado en la Calle 42 #15-52, en la localidad de Teusaquillo, más exactamente en el barrio Santa Teresita, que en sus mejores años era considerado uno de los mejores de Bogotá, entre sus calles envejecidas se esconde una casa preciosa: sus paredes blancas, sus puertas de madera, sus sofisticados pisos… era un palacio.

Con cada paso conocíamos más de este rolo de padre estricto y madre amorosa, un hombre que amó la lectura igual que a su familia y que creía que el estudio es lo que lo haría grande, su padre no estaba de acuerdo con este pensamiento, creía que el trabajo duro mas no el estudio era el camino al éxito, por esta razón los dos fueron muy distantes. Gaitán escogió el Derecho no sólo porque brindaba mejores oportunidades económicas, sino porque en el Derecho veía la oportunidad de cambiar un país que carecía de educación.

Fue un hijo, padre, esposo y profesional dedicado, buscaba la perfección, era dado a las personas y lo mejor de todo es que le encantaba el tejo.

En este museo se encuentran sus objetos más preciados, sus más de 3000 libros en su biblioteca personal, fotos de su vida familiar y cotidiana, se podía sentir como retumbaban las paredes con los innumerables discursos con los que daba esperanza a un pueblo, su cuarto de estudio parece un templo lleno de conocimientos, los títulos adornaban sus blancas paredes y la sala invitaba a tomarse un tinto y recordar las tertulias con las que recibía a quien lo visitaba.

En el jardín “Exploratorio Nacional” se encuentran sus restos, donde está plasmada en el cemento su fecha de nacimiento, pero sin la de su fallecimiento, porque según su familia y sus seguidores, sus ideas nunca morirán. Por ello y como dato curioso, Gaitán está presente en el billete de $1.000 COP debido a la gran circulación de este ejemplar entre el pueblo, asemejándose a su legado representado en su frase célebre “Yo no soy un hombre soy un pueblo, y el pueblo es mayor que sus dirigentes”.